¿Por qué es tan importante la Educación Temprana?


Por Elisa Guerra

Podrías pensar que sólo están jugando. Podrías creer que no sucede nada verdaderamente relevante dentro de esos pequeños cerebros. Incluso podrías estar convencido de que el aprendizaje “real e importante” comienza de la mano con la educación formal. Podrías considerar a los niños pequeños como adorables pero superficiales, y a los educadores de la primera infancia como poco más que niñeras glorificadas.

Los educadores que dedican sus vidas a la primera infancia se ven a menudo con cierto desdén, incluso entre la comunidad docente.  «Ellos tienen la parte fácil y ninguna dificultad», algunos podrían decir. “Se la pasan jugando con los niños. No tienen que preocuparse por las pruebas estandarizadas, ni por calificar tareas o cumplir con planes de estudio. De hecho, ni siquiera son como los verdaderos maestros”

¿Será esto cierto?

Baby brain

Mucho de lo que necesitan nuestros niños para llevar una vida exitosa se establece incluso antes de ingresar al jardín de infantes. Las habilidades, cognitivas y no, que nos hacen humanos, están casi totalmente desarrolladas a los seis años. Todo lo que sucede más adelante es sólo una sofisticación de esas habilidades. A los 6 años, un niño ha aprendido a caminar y hablar, e incluso a leer y escribir. A los seis años el niño ha reclamado el control – aunque sea aún tambaleante – de su cuerpo y sus emociones. Los fundamentos para el aprendizaje académico, las habilidades de carácter y la función ejecutiva ya están presentes. Todavía tiene mucho que aprender, por supuesto, pero ninguno de esos aprendizajes será tan importante y significativo como los que se logran cuando los niños son muy pequeños.

 

¿Por qué es tan importante la educación temprana?

Según investigaciones, hay logros cognitivos y no cognitivos medibles entre los niños que recibieron programas de educación temprana en comparación con aquellos que no lo hicieron. Esos logros fueron evidentes incluso desde el ingreso al preescolar y se mantuvieron durante muchos años en la escuela primaria y más allá. Ha habido cierto debate sobre la consistencia de estos logros, especialmente después de que un estudio identificó un mayor coeficiente intelectual (IQ, por sus siglas en inglés) al ingreso al preescolar entre los niños atendidos por un programa específico de educación temprana en Estados Unidos, pero también encontró que la ventaja inicial se había desvanecido en el tercer grado. (Y pregunto: ¿es realmente el coeficiente intelectual lo que más importa?) Es relevante señalar que el grupo de control contra el que se midieron estos niños también recibió educación preescolar, solo que un programa diferente. Entonces, el estudio en mención realmente estaría documentando los resultados de un programa de educación temprana específico, en comparación con el currículo “regular”.

El economista James J. Heckman, quien obtuvo el Premio Nobel en el año 2000, subraya que la calidad de la educación en la primera infancia puede prevenir la brecha de logro académico, mejorar los resultados de salud e impulsar el ingreso económico de una persona en el futuro.. La educación de la primera infancia también se ha correlacionado con una menor tasa de riesgo de deserción, pobreza y delincuencia, especialmente entre los niños que provienen de ambientes desfavorecidos.

 

Tres prioridades

Según David Whitebread, profesor titular de psicología y educación de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), la educación infantil de mala calidad es peor no tener educación infantil en absoluto.

¿Qué define la calidad? ¿Cómo podemos asegurar un excelente ambiente de aprendizaje temprano para todos los niños?

Desde mi punto de vista personal, hay tres grandes prioridades para la calidad en la atención de la primera infancia. Queremos que nuestros niños estén seguros, sean felices y sean brillantes, en ese orden.

La seguridad es primero. ¿Cómo podría un niño aprender cualquier cosa si está hambriento, enfermo o en peligro? Los niños refugiados, por ejemplo, y los que viven en la pobreza extrema o sufren negligencia, están luchando diariamente sólo para sobrevivir. Les hemos fallado -y continuamos fallando- a todos estos niños alrededor del planeta. Como ciudadanos globales, no podemos cerrar los ojos ante la injusticia y el sufrimiento que reclaman las vidas, muchas veces literalmente, de nuestros más jóvenes y más vulnerables.

Encontrar alegría en la vida cotidiana es un regalo precioso que todos los niños deberían recibir. A medida que los niños aprenden a manejarse física y emocionalmente, y cuando pueden desarrollar el control de los impulsos y las habilidades sociales que permiten a las comunidades florecer y prosperar, encuentran su lugar en el mundo y la felicidad en su interior. La mejor manera de desarrollar estas habilidades es a través de relaciones cálidas con sus cuidadores y amplias oportunidades para todo tipo de juego.

Nuestros niños también tienen derecho a ser brillantes. Su potencial está ahí, solo esperando ser despertado por un ambiente estimulante. Las habilidades cognitivas pueden sin duda promoverse en los primeros años, sin comprometer el bienestar físico o el aspecto lúdico.

Hemos sido demasiado conservadores con respecto a las verdaderas capacidades de los niños. Hemos creído por demasiado tiempo que enseñar habilidades como la lectura temprana a niños muy pequeños es de alguna manera un acto de violencia: aniquilar al niño para dar a luz al escolar. No tiene que ser así.

Si bien estoy de acuerdo en que los niños no deben ser presionados ni obligados a aprender nada (a ninguna edad), estoy convencida de que podemos enseñarles casi cualquier cosa con el enfoque correcto: lúdico, respetuoso, y fundamentado en las neurociencias.

El aprendizaje temprano es, y debe ser, fácil y alegre. Nunca más en la vida el aprendizaje será tan fácil y natural. ¿No deberíamos nosotros, los padres y los maestros, aprovechar este voraz desarrollo cerebral en favor de nuestros niños?

Los educadores de la primera infancia son, de hecho, «desarrolladores del cerebro infantil». Y cada niño lleva, dentro de sí, la semilla de la genialidad.

22 comentarios

    1. La curiosidad, que a estas edades tempranas tienen los niñ@s por entender y conocer todo lo que les rodea, hace que se encienda en ellos un deseo por aprender y disfrutar del mundo que está ante sus ojos. Hay que procurar ,creo, como educadores, mantener ese nivel de curiosidad en los alumn@s en el nivel más alto posible para que la deserción, o abulia no les lleve a precisamente a situaciones de pobreza o delincuencia.

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  1. estoy convencida de que así es por que de alguna manera se a observado que los alumnos demuestran iteres por aprender a tan corta edad, se entusiasman con las actividades que realizan y se crean retos en las investigaciones que ello proponen en en el desarrollo de situaciones didácticas.

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  2. estoy convencida de que así es por que de alguna manera se a observado que los alumnos demuestran iteres por aprender a tan corta edad, se entusiasman con las actividades que realizan y se crean retos en las investigaciones que ello proponen en en el desarrollo de situaciones didácticas.

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  3. Claro que tanto los padres como los maestros deberíamos de aprovechar y respetar los intereses de los niños y niñas, ir a su ritmo y no comparar con otros niños que si el hijo de mi vecina ya Lee o sabe contar hasta el número tal etc. Y mejor nos detuvieramos a conocer y comprender más sus emociones, intereses, necesidades etc. sería más fácil para un niño que a parte de todo la carga emocional de el mismo de e cargar con la frustración de los padres.

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  4. la educacion temprana es importante para los niños porque les ayuda a mejorar el desarrollo de las emociones y fortalecer su cuerpo y desarrollar habilidades.

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  5. La educación inicial si es importante ya que el niño será mucho mas autónomo, en cuanto el aprendizaje como en el cuidado personal, así como favorece las habilidades sociales y su buena adaptación al entorno.

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  6. Muy buen texto, en definitiva comparto la idea de que los niños deben estar seguros, ser felices y brillantes para dar lugar a un aprendizaje significativo que les lleve a desarrollar otros en su desarrollo educativo.

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  7. Estoy de acuerdo con todo. Los niños en edades muy tempranas son «esponjas» y debemos de aprovechar lo fácil que les resulta aprender. Siempre y cuando, como bien dice el texto, no se les agobie con la lectoescritura y se les presente siempre de forma lúdica y divertida.

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  8. Totalmente de acuerdo con lo que se dice. Pero, desde mi punto de vista, se necesita destacar muchísimo mas el aspecto emocional. Es verdad, que la atención temprana es muy importante, pero muchas veces solo nos enfocamos en ello, y nos olvidamos que los niños y las niñas pueden tener algún otro bloqueo. Hoy en día, hay muchísimas situaciones, muchísimo alumnado que desde los primeros años, viene cargado emocionalmente con una mochila. Y para trabajar adecuadamente la atención temprana, para que esto sea enriquecedor, es primeramente necesario trabajar la inteligencia emocional, o por lo menos tenerlo en cuenta; ofrecer al niño herramientas para obtener esa estabilidad emocional, para que después, se pueda enriquecer de todo lo que se le ofrezca.

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  9. Todos los niños tienen potencial, lo único que cada uno lleva su ritmo de aprendizaje en un ambiente estable, tranquilo, lúdico y participativo incluyendo su ensayo/ error para aprender.

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  10. Totalmente cierto, comparto la idea de que lo más importante para nuestros alumnos debe ser la seguridad, la felicidad y ser brillantes, ya que en muchas ocasiones en el colegio es el único sitio que se cumplen, debemos respetar sus ritmos de aprendizaje y ajustarnos a sus necesidades.

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  11. Totalmente de acuerdo que cada alumno o alumna tienen grandes potenciales, solo que cada uno tiene o lleva su propio proceso.

    Y siempre hacerlo de forma lúdica y con un ambiente familiar.

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  12. La educación temprana es importante, les ayuda en el desarrollo de las emociones, a desarrollar habilidades y tomar
    gusto por lo que les rodea

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  13. Me encanta la visión de que es fundamental y tenemos que darle la importancia real a una buena educación temprana y de calidad, dando prioridad al bienestar del niño y sobre todo a su potencial y ser capaces de aceptar los diferentes ritmos de aprendizaje de cada uno.

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  14. Me ha encantado el artículo . Estoy de acuerdo con las tres prioridades.
    Encontrar alegría en la vida cotidiana es un regalo que todos los niños deben recibir es clave para poder llevar a cabo nuestro trabajo

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  15. Muy buen artículo, tener presente la importancia de ofrecer una estimulación, bien dirigida, al desarrollo cognitivo y no cognitivo de los niñ@s, aprovechando sus primero años es fundamental, así como las prioridades que a todo niñ@ se le tiene que proporcionar es de gran importancia, así como valorar el trabajo de los educadores de infantil.

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  16. Buenas tardes, totalmente de acuerdo, de manera personal-profesional evidencio cada día de clase la manera cómo los estudiantes desarrollan todas sus habilidades desde las emociones básicas, solo es que los maestros ayudemos a abrir el camino del saber, el objetivo no debe ser «enseñar» las letras, es cómo estas nos abren el conocimiento a la sociedad desde el entorno del educando, educar en calidad es darse y dar la oportunidad tener confianza que lleve al autocontrol, a aprender desde procesos democráticos, para lo cual es necesario enseñar desde un colectivo de saberes…

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  17. Interesante articulo esas tres prioridades jamas debemos perderlas de vista, ya que cuando un niño se siente seguro desarrolla mejor sus habilidades y esto lo lleva a descubrir nuevas cosas que lo haran sentirse feliz y buscara siempre mas y mas y asi sera brillante en todo lo que realice y a su vez los maestros aprenderemos junto con ellos y sera un ambiente de cordialidad y respeto.

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