El 8 de Diciembre se publicó la lista de los 50 finalistas mundiales al Global Teacher Prize, una iniciativa de Varkey GEMS Foundation, que busca reconocer a «un maestro sobresaliente». Esta es la primera edición del que comienza a conocerse como el «Nobel de los docentes». El premio, de un millón de dólares, se entregará a uno de entre los 50 maestros en la lista, en Marzo de 2015.
Me siento muy afortunada y honrada de que mi nombre esté en esta lista, compartiendo espacio con otros 49 maestros y maestras de 26 países, cada uno de ellos con historias inspiradoras de compromiso y entusiasmo por la educación.
¿Cómo empezó todo?
Fue a finales del ciclo escolar 2013-2014, alrededor del mes de Junio, cuando recibí un e-mail que decía que había sido nominada al «Global Teacher Prize«. El correo contenía un enlace a la página web donde se leía lo siguiente:
«Varkey GEMS Foundation lanzó el Global Teacher Prize para homenajear a los mejores maestros de todo el mundo, aquellos que inspiran a sus alumnos y a las comunidades que los rodean. El Global Teacher Award busca ser para la educación lo que el Premio Nobel es para la ciencia, la literatura y la paz. El objetivo es elevar las valiosas contribuciones que los maestros hacen a diario para establecer una sociedad global exitosa»
Tras leer la información contenida en la página me percaté de que cualquier persona podía nominar a cualquier maestro, en cualquier lugar del mundo. Un maestro podía incluso nominarse a sí mismo. La nominación era abierta y no tenía costo alguno. El siguiente paso era completar una aplicación en línea, en la cual se pedía responder a varias preguntas, básicamente contando nuestra historia personal como maestros, y describiendo logros en innovación educativa, educación global, impacto en la comunidad, y contribuciones al mejoramiento de la labor docente. Se pedía también incluir una fotografía y, de manera opcional, subir un video.
Recuerdo haber repasado la información a detalle, maravillándome ante la magnitud de la convocatoria y lo que ello podría significar para la profesión docente a nivel mundial. Nunca había oído hablar de este premio y al principio reconozco que sentí algo de incredulidad, ¿qué tal que se trataba de uno de esos correos donde te engatusan para conseguir información personal? Sin embargo, conforme encontraba más y más enlaces e información en internet -gracias al poder de Google- la incredulidad se convirtió en entusiasmo: algunos medios de comunicación importantes, como en New York Times, ya habían recogido la noticia. También encontré referencias al premio por parte de asociaciones para la educación, tales como AMEI-WAECE.
Mi historia no es la importante aquí. Mi historia es sólo una más de las muchas que se hilvanan alrededor de lo que significa ser maestro. Pero mi historia, y las historias de los demás finalistas, le dan un rostro humano al premio, le dan un respiro de aliento vivo a la verdadera historia que viene detrás: Varkey Gems pretende revestir de prestigio la profesión docente alrededor del mundo.
Mucho se dice que los maestros son pieza clave de la sociedad, y prácticamente nadie duda de su importancia, por lo menos «de dientes para afuera». Pero la realidad es que la docencia no es una profesión prestigiada, como ser médico o abogado. Por lo menos, no en mi país, México.
Yo misma no soñaba con ser maestra -más allá de los juegos de la infancia en los que, como casi todas las niñas, sentaba a mis muñecas, ordenadamente dispuestas en un aula perfecta, y les «enseñaba a leer». Mis alumnas estaban siempre atentas, sonrientes y calladitas: ¡cualquier maestra sabe que eso es lo más lejano que existe al aula real! Más tarde, cuando estaba por terminar la preparatoria y con el tema sobre la elección de carrera latente, casi cualquier persona, -con muy pocas excepciones- cuando les decía que quería estudiar Letras Hispánicas y convertirme en escritora, respondían con un «vas a acabar de maestra de español en una escuela».
Lo decían como quien emite una sentencia de vida, como una advertencia, como un comentario bien intencionado que buscaba evitarme una decepción ineludible. Pero el mensaje directo era: «no es deseable ser maestra, y eso es lo que serás si fracasas»
La vida me llevó por rutas diferentes, pero curiosamente, primero fui maestra, y acabé siendo escritora precisamente por ser maestra.
En mi juventud publiqué un libro de poemas, gané incluso un concurso nacional de poesía, y fui incluida en un puñado de antologías. Y aunque ello me trajo grandes satisfacciones, no pude hacer de mis poemas un modus vivendi.
Mi camino hacia la docencia fue más bien accidental. Al convertirme en madre nació en mi un anhelo de enseñar a mis hijos todo cuanto es bello en nuestro mundo. Siempre fui una lectora ávida, y deseaba que mis niños gozaran de ese mismo deleite. Mis hijos fueron mis primeros alumnos, y también mis primeros maestros en la profesión docente. Unos años después, al no encontrar en mi ciudad una institución educativa que cubriera cabalmente mis expectativas, fundé la escuela que quería para mis hijos. Así nació Colegio Valle de Filadelfia.
Me titulé como Licenciada en Educación Preescolar gracias al Acuerdo 357 de la SEP. Inmediatamente comencé una Maestría en Educación en la Universidad virtual del Tecnológico de Monterrey.
De la habitación de mi infancia con las muñecas ordenadas, pasé a la sala de mi casa con eventualmente tres pequeños inquietos y ávidos de aventuras, hasta el salón de clases de preescolar, luego de primaria, y más tarde aún, de jóvenes de secundaria. Mi escuela creció junto con mis hijos. Yo también crecí como maestra. Valle de Filadelfia se extendió a otras ciudades de México e incluso a otro país: Costa Rica.
Pasaron los años, y muchos otros proyectos se cristalizaron: Cuando se abrió la sección secundaria de nuestra escuela, creamos una serie completa de recursos en línea -en formato de aula invertida- para las tres materias de ciencias sociales: Geografía, Historia Universal e Historia de México. Desde un principio, estos materiales han estado disponibles de manera gratuita para estudiantes y maestros de secundaria.
Otro proyecto fue la creación de un currículo enfocado a formar «ciudadanos globales», en el que los niños, desde preescolar, conocen un país o cultura diferente cada mes. Este mismo programa acerca a los pequeños y jóvenes al arte y la música, a la lectura y la excelencia física. El currículo sigue enriqueciendo la conciencia global de nuestros alumnos de primaria y secundaria. En este 2014, después de siete años de tocar las puertas de diferentes casas editoras, finalmente Pearson Educación publicó mi serie de libros para preescolar, un total de 12 títulos para alumnos y docentes, donde se aborda el aprendizaje de la lectura, la escritura y la cultura global. Jamás habría podido crear estos libros sin la experiencia que he obtenido como docente.
La notificación
Tardé mucho en llenar la aplicación al premio. De hecho, por poco no lo hago. De no haber recibido un correo recordatorio, aproximadamente una semana antes de que cerrara la convocatoria, muy probablemente se me habría pasado la fecha. Por supuesto que me había emocionado la nominación, por supuesto que me entusiasmaba la idea de tener, por lo menos, una oportunidad de participar. Pero con el cierre (y luego el inicio) del ciclo escolar, más la publicación de los libros con Pearson, y los viajes para capacitar a las maestras de nuestras escuelas piloto alrededor de México, mi mente estaba en mil lugares al mismo tiempo. Finalmente llené la aplicación, y, como quien compra un boleto de lotería, puse el asunto en una esquinita de la conciencia.
Pasaron varias semanas y no pensé más en el asunto. Y entonces, un sábado a mediados de Noviembre, al revisar mi correo matutino, me encontré con la noticia: «you have been selected from thousands of applications from around the world as one of our Top 50 finalists» (Has sido seleccionada entre miles de aplicaciones alrededor del mundo como uno de nuestros 50 finalistas).
Creo que tardé unas 24 horas en recuperar el aliento. Todavía hoy, siete semanas después de ese correo, me cuesta trabajo creerlo. Cuando leo las historias y logros de los demás finalistas, siento admiración, respeto, y un agradecimiento enorme sólo por poder contarme entre ellos.
El anuncio de los 50 finalistas se hizo el 8 de Diciembre. Los afortunados que conformamos la lista ya lo sabíamos, pero se nos había pedido tratar la información confidencialmente mientras no se hiciera la notificación oficial. Cuando los nombres y países de origen de los finalistas salieron a la luz, me sorprendió ser la única mexicana, incluso la única hispanoamericana en la lista. He tenido el honor de conocer a grandes y dedicados maestros a través de los años, en mi país y en otros países latinos, y por supuesto sé que hay muchos más de ellos. Siendo ésta la primera vez que se ofrece el Global Teacher Prize, sólo puedo pensar que quizá muchos de los excelentes docentes que no conocemos, no tuvieron la información de la convocatoria mientras aún estaba abierta. Pero idealmente eso cambiará: el premio se ofrecerá cada año, y seguramente en 2016 tendremos una mayor representación de latinos.
¿Qué sigue ahora?
El comité del Global Teacher Prize anunciará a diez finalistas, que, elegidos entre los 50, tendrán la oportunidad de viajar a Dubai como invitados al Global Education and Skills Forum 2015. Ahí, el 16 de Marzo, se anunciará al ganador del premio.
¡Por supuesto que quisiera ir a Dubai! Y aunque lograrlo será difícil, considerando la fortaleza de los perfiles de todos los maestros en la lista de los 50, atesoro una semilla de esperanza. Pero lo mas grandioso de todo, ya pasó, y sigue pasando: Varkey GEMS ha comenzado un movimiento en pro de los maestros alrededor del mundo: quizá podamos lograr el cambio cultural y económico necesario para valorar la profesión docente como una de las más importantes y nobles, equiparable a la medicina y las leyes, quizá podamos elevar los estándares de calidad que distingan a las buenas prácticas educativas, quizá el ser maestro no se perciba como la penosa salida del que fracasó en otras áreas.
Gracias a la maravillosa comunidad internacional de maestros, padres, educadores, niños y jóvenes con quienes he tenido el privilegio de convivir: Me han inspirado, me han enseñado, me han presentado retos que me han motivado a crecer. Enseñar es aprender dos veces, y ciertamente he recibido mucho más de lo que he dado.
Gracias a mi casa editora, Pearson Educación México, por creer en este proyecto de aprendizaje para un mundo global, y por recibirme como una de sus autoras cuando tantos otros me cerraron las puertas. Gracias a todo el equipo editorial con quienes he tenido la fortuna de trabajar para desarrollar esta serie de libros: han sido mis mentores y mis amigos.
Gracias a mis compañeros en Los Institutos para el Logro del Potencial Humano, en donde he trabajado como voluntaria con familias de niños con lesión cerebral, durante casi quince años. La entrega con la que realizan esta dura labor de amor y trabajo, padres y profesionales, me ha inspirado cada día.
Y finalmente, gracias a mis compañeros docentes en los seis campus de Colegio Valle de Filadelfia, a todos los niños y jóvenes que han pasado por nuestras aulas, y a las familias que nos han confiado una parte tan importante de la educación de sus hijos.
Qué gran privilegio el poder estimular y nutrir los intelectos y almas de nuestros niños y jóvenes. Si todo niño tiene la semilla de la genialidad, cada maestro tiene el potencial de un artista.
Puedes seguir el grupo de los 50 finalistas en Twitter aquí: https://twitter.com/TeacherPrize y en Facebook: https://www.facebook.com/teacherprize
Para contactar a Elisa Guerra, escribe a elisa@valledefiladelfia.com
Muchísimas felicidades Mtra. Elisa. Ojalá pronto pueda llegar Valle de Filadelfia a Celaya, Guanajuato, México. Cuando me enteré de su pilotaje del método de Glenn Doman en instituciones educativas me emocioné mucho porque buscaba algo así para mi pequeño (ya había leído un par de libros de Doman); incluso lo comenté en un «kínder» al que quería meter a mi hijo sin que la directora mostrara interés. ¡También, antes, llegué a escribir a una escuela Montessori para que estableciera una escuela por acá! (Me contestaron que no estaba en sus planes). Quizá tenga que seguir trabajando con mi pequeño sin el apoyo educativo formal que me gustaría, pero sus libros sin duda me ayudarán bastante (estudié Pedagogía y eso no es suficiente).
Retomando, qué orgullo que represente a América Latina, qué buena iniciativa y me sumo al reconocimiento que le hacen. Felicidades de nueva cuenta.
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Erika, te agradezco mucho tus comentarios tan amables y cálidos! Recuerda que tu como mamá eres la primera y más influyente maestra de tu pequeño. Simplemente por ser su mamá, y además con la formación que tienes, tu puedes lograr grandes cosas con él! No te subestimes nunca. En cuanto a la nominación, gracias por tus buenos deseos. Esta iniciativa se llevará a cabo cada año, y sinceramente espero que en la próxima edición tengamos mucha mayor representación latina.
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