Igual que casi todo el mundo, por estas épocas me da por hacer un recuento personal de los últimos doce meses. Desde hace tres años publico, precisamente el 31 de diciembre, el balance en tres parámetros principales: los libros que leí, los lugares que visité, y (en cuestión laboral) el número de eventos en los que participé.
En 2021 participé en 54 eventos (incluyendo conferencias, mesas de discusión y cursos, entre otros). Absolutamente todos ellos fueron virtuales. En comparación, en 2019 – antes de la pandemia- participé en 50 eventos, todos de forma presencial. En 2020 fueron 43, de los cuales 5 fueron presenciales y el resto en línea.
Hace unos días recibí la invitación para lo que será mi primer evento presencial desde marzo de 2020: una mesa de discusión sobre los Futuros de la Educación en la Expo Dubai 2020, con motivo del día mundial de la educación (24 de enero). Estoy emocionada, pero, debo de confesar, también nerviosa, a pesar de tener el esquema completo de vacunación.
En 2019 visité 8 países. En 2020, antes de la declaratoria de pandemia, alcancé a visitar 3. En este 2021 que culmina también visité 3 países, durante la breve ventana que se abrió en el verano, cuando pensamos que el final de la era COVID estaba cerca.
Pero el parámetro con el que más me gusta medir mi año es el de la lectura. Leí 37 libros en este 2021, por encima de los 28 del año pasado y de los 22 del 2019, pero todavía muy por debajo de lo que quisiera leer (a este ritmo, me llevará una década terminar solamente los libros que ya tengo y que no he leído en su totalidad). Además, leí aproximadamente otras 5,000 páginas como parte de la carga académica del último semestre de la maestría en Estudios Especializados de Educación que culminé en mayo. Por cierto, los sucesos más significativos de mi año fueron:
- Haber terminado mi maestría en Harvard (este había sido un sueño largamente anhelado)
- Hacer un viaje muy especial con mis hijos, en celebración de vida,
- Haber completado mi primera carrera (10 kilómetros) y convertirme en corredora. Mi meta para el 2022 es correr un maratón, ¡a ver cómo me va!
- Haber concluido y publicado, como parte de la Comisión Internacional para los Futuros de la Educación de UNESCO, el reporte «Reimaginando Juntos Nuestros Futuros: Un nuevo contrato social para la educación»
- Haber llegado a los cincuenta años… con salud, con proyectos interesantes, rodeada de mis hijos, de mi familia, y de amistades entrañables.
Como cada año, comparto -de entre los libros que terminé en los últimos doce meses- los diez que más me impactaron, en el orden en que los fui completando.
- The Globalization Paradox, de Dani Rodrik. Me costó mucho trabajo llevar la materia de Economía Política en la Harvard Kennedy School of Government, porque, para ser honestos, nunca había estudiado ni economía, ni política. Pero tenía mucha curiosidad, y aunque ésta resultó ser la materia con mi calificación más baja en la maestría (una espantosa B-) no me arrepiento, porque la disfruté muchísimo. De entre los varios libros que leí para esta materia, este, de mi profesor Dani Rodrik, fue el que más me gustó. Mucho tiene que ver cómo explica conceptos complejos para los que no somos economistas, por supuesto.
- How the Mind Works, de Steven Pinker. Este fue otro de mis libros de texto, en este caso para la materia de psicología, que cursé con Steven Pinker, un verdadero gurú en estos temas. No era el primer libro suyo que leía (Enlightment Now estuvo en mi top 10 el año pasado) y estoy segura de que no será el último. Tengo a medias otro par de libros del profesor Pinker, y uno que aún no comienzo pero que ya me está haciendo cosquillas: Rationality, su obra mas reciente, publicada en este año.
- Dear Ijeawele or a Feminist Manifesto in Fifteen Suggestions, de Chimamanda Ngozi Adichie. Este libro ejerció en mí una fascinación como pocos. Breve (te lo lees en una tarde) pero contundente, es una carta que la autora escribe a una muy querida amiga suya, a petición de ella misma, al enterarse de que el bebé que espera será una niña. ¿Cómo debe hacer – pregunta la amiga- para criar a su pequeña como feminista? Este libro es la respuesta. Me gustó tanto, que se lo recomendé a mi muy querida amiga Adriana Grimaldo, quien recibió a su primera hijita en este año.
- Learning in Depth: A simple innovation that can transform schooling, de Kieran Egan. Mi amiga Adriana Grimaldo me recomendó este libro: disfruté de sus páginas en aviones y trenes, saboreando al mismo tiempo sus ideas provocadoras y la libertad que trajo la breve ventana de recuperación pandémica. No estoy segura de que la innovación que propone Egan sea tan simple como él lo sugiere, pero tampoco es demasiado complicada. Creo que vale la pena intentar su propuesta, y me parece que incluso podríamos darle la vuelta para enfrentar las pérdidas educativas tras tantos meses de escuelas cerradas. No les cuento más para no echarles a perder la lectura.
- Untamed, de Glennon Doyle. Este libro me acompañó cuando decidí pasar sola unas semanas en París, durante el verano, para “reconstruirme” (larga historia). Mastiqué sus palabras en silencio, sin nadie con quién comentarlas mas que conmigo misma. Me ayudó a reconocer cuántas historias nos hemos creído desde niñas, cuánto tiempo hemos dedicado a cubrir expectativas que no son nuestras, cuánto hemos anhelado una libertad que no nos habíamos atrevido a reclamar. Conforme digería las ideas, entretejidas en historias autobiográficas, me decía una y otra vez: “Claro, por supuesto.” Ya lo sabía, pero no sabía que lo sabía. Por eso decidí que este libro fuera el regalo de navidad para las mujeres de mi familia, las guerreras, mujeres-guepardo, mi tribu femenina.
- The Hidden Life of Trees, de Peter Wohlleben. ¿Sabías que los árboles se comunican entre ellos? ¿Sabías que entre todos ayudan a los árboles débiles o enfermos? (En sentido literal, no metafórico) Estas y otras cosas maravillosas aprendí al leer este maravilloso libro (Si me presionaran para elegir un solo libro como mi mejor lectura del año, muy probablemente sería este). Me encantó. Llegué a él como parte de la investigación para otro libro que he estado escribiendo con Fernando Reimers, y que verá la luz en 2022. Desde que lo tomé, no pude soltarlo. Caray, cuántas cosas tenemos que aprender de los árboles.
- How bad do you want it? Mastering the psychology of mind over muscle, de Matt Fitzgerald. Lo bueno de tener varios corredores en la familia es cómo te motivas, te apoyan y te pican las costillas para que rompas tus propios límites. Mi primo Miguel mi regaló este libro cuando me estaba preparando para mi primera (y hasta el momento única) carrera. Me encantó porque, por un lado, te presenta conceptos usando historias reales muuuuy amenas de todo tipo de atletas, y por el otro, por que casi todo lo que el libro te señala puedes aplicarlo en otras áreas de tu vida, más allá de la deportiva.
- Thinking, Fast and Slow, de Daniel Kahneman. Había comenzado a leer este libro desde el 2020, pero tuve que interrumpirlo cuando empecé la maestría. Es largo, pero muy interesante. La premisa básica es que todos tenemos (metafóricamente) dos sistemas para pensar: el sistema uno, que es rápido, intuitivo y fuertemente movido por las emociones, y el sistema dos, que es más lento, lógico, y deliberado. ¿Cómo usamos estos dos sistemas en las miles de decisiones, grandes y pequeñas, que cada uno hacemos? ¿Qué podemos hacer para decidir mejor? Por la importancia que este conocimiento tiene para los individuos y las naciones, Daniel Kahneman ganó el premio Nobel de economía, a pesar de que su trabajo se centra en el área de psicología.
- Beautiful World, Where are You, de Sally Rooney. Leo poca ficción, pero este libro me despertó las ganas de leer más novelas. Esta es la historia de dos amigas, narrada a partir de sus anhelos y decepciones (amorosas y de todo tipo) en tiempos modernos, en Irlanda. La caracterización de los personajes, en toda su complejidad, es todo un logro. Disfruté especialmente del intercambio de cartas donde Alice y Eileen no sólo se ponen al día de los acontecimientos personales, sino que reflexionan y cuestionan los valores e ideales de la vida. Rooney tiene otros dos libros publicados anteriormente, que ya están en mi lista para leer en 2022.
- Las Tareas Pendientes, de Agustín Porres. Conozco a Agustín, quien es director regional de Fundación Varkey, desde hace algunos años, a través del Global Teacher Prize. Este, su primer libro, es una serie de entrevistas a 31 ex-ministros de educación de diversas partes del mundo, en las que aborda una gran variedad de tópicos, pero donde muy especialmente se interesa en saber cuáles han sido las tareas que han quedado pendientes tras la gestión de cada uno. ¿Qué cosas habrían hecho de manera diferente, y qué consejos podrían darle a un nuevo ministro de educación? La gran mayoría de nosotros jamás seremos secretarios de educación, por supuesto, pero aún así es sumamente interesante asomarse a la ventana de la alta política educativa y darse cuenta de que aunque las cosas nunca son tan fáciles como quisiéramos, no todo es imposible. Otra cualidad del libro es el poder contrastar las respuestas que dan (a las mismas preguntas) los exministros: este es un muy ameno libro de política educativa internacional comparada.
Todos los libros que estoy leyendo (siempre son varios al mismo tiempo) están en mi perfil de Goodreads.
¡Te deseo un 2022 lleno de libros!

Muy buena selección, solo he leído un par de títulos de la lista pero el resto me los apunto, parecen lecturas interesantes. ¿No hay reseñas para el 2022? Me gusta cuando otros profesionales nos recomiendan libros como estos. Saludos. 🙂
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